Cuando alguien incumple su obligación de pago, el problema no solo genera frustración, sino también puede tener un impacto económico significativo. Para recuperar el dinero adeudado, es importante conocer las herramientas legales disponibles y seguir un proceso adecuado que permita garantizar sus derechos. Para reclamar una deuda, hay que seguir una serie de pasos esenciales.
En primer lugar, deberíamos contactar con el deudor e intentar resolver el problema de manera amistosa. Una llamada o un correo electrónico formal, solicitando el pago, puede evitar conflictos innecesarios. Si optamos por el envío de un correo o una carta debemos de detallar el importe adeudado, especificar el origen de la deuda (factura, contrato…) y poner una fecha límite para el pago.
Si este primer paso no resulta suficiente para resolver la situación y el deudor no responde a las solicitudes iniciales, el siguiente paso consiste en enviar una comunicación formal. Esto puede realizarse mediante un burofax o una carta de requerimiento, en la que se exija el pago de la deuda, se informe de las posibles consecuencias legales derivadas del incumplimiento y se establezca un último plazo para que el importe adeudado sea abonado. El burofax tiene valor probatorio, lo que puede ser útil en caso de que llegase a juicio.
Si el deudor sigue sin pagar, es momento de evaluar las vías legales disponibles. Dependiendo del importe y las circunstancias de la deuda, existen diferentes procedimientos. Un procedimiento diseñado para reclamaciones de deudas económicas, vencidas y exigibles, relativamente rápido, económico e ideal para casos donde la deuda está claramente documentada sería el Proceso Monitorio. También se encuentran el Juicio Ordinario, el Juicio Verbal o si ya se cuenta con un documento donde se reconoce la deuda, como puede ser una sentencia o un acta notarial, la Ejecución de un Título Ejecutivo.
En ciertos casos, se puede recurrir a la mediación o al arbitraje como una alternativa efectiva para resolver el conflicto sin necesidad de ir a juicio. Estas vías son más rápidas y menos costosas que los procedimientos judiciales tradicionales. Si el caso llega a los tribunales y se obtiene una sentencia favorable, pero el deudor sigue sin pagar, se puede solicitar la ejecución de la sentencia, lo permite embargar bienes o cuentas bancarias hasta saldar la deuda.
Para prevenir estas este tipo de situaciones lo mejor es redactar contratos claros que incluyan cláusulas de penalización por incumplimiento, mantener un registro detallado de todas las operaciones y realizar verificaciones previas de solvencia antes de conceder créditos y aplazamientos de pago.
Recuperar una deuda puede ser proceso complejo, pero con el asesoramiento adecuado y siguiendo los pasos correctos, es posible garantizar la protección de sus intereses. En Moreno Anguita Abogados contamos con amplia experiencia gestionando reclamaciones de deudas. No dude en contactarnos para recibir asesoramiento personalizado y eficaz.